domingo, 12 de abril de 2009

¡Lo último en tendencias!

I – Vamos a ver... La mejor manera de empezar este post seria bajarse esto y escucharlo. Es sólo un tema, ergo cortito.

II – Bien, lo que acaban de escuchar es –no hace falta decirlo– una creación tecno-minimalista de un grupo holando-singapurense que está haciendo furor ahora mismo en Ibiza con un estilo de vanguardia experimental de alta tecnología que...

III – Olviden lo anterior, era simplemente un verso violento para demostrar lo fácil que es escribir en cualquier revista de papel satinado. La realidad es mucho menos pedante y más interesante: el tema que acaban de escuchar es del año... 1959. Su autor: un tipo peculiar que se llamaba Raymond Scott, y de cuyo nacimiento se cumplieron 100 años en 2008.


El amigo Raymond se llamaba en realidad Harry Warnow, pero eso importa poco. Nació en Brooklyn, hijo de inmigrantes judíos rusos, y se lo puede considerar uno de los padres de la música electrónica. Algunas de sus composiciones fueron adaptadas para historietas como Bugs Bunny o el Pato Lucas, mientras que obras suyas originales fueron utilizadas en Ren & Stimpy (como ven: pop culture al día). De todas formas a él esto le interesaba poco.

Raymond Scott era un ingeniero de sonido casi exclusivamente interesado en la experimentación, tanto que creó este moderrrrrno aparato: el Electronium, según sus palabras: instantaneous composition-performance machine. La obra que escuchamos fue creada con este aparatejo, y se llama "Cindy Electronium" (Raymond Scott - 1959).


Existe un álbum doble con diversos trabajos suyos (Manhattan Research Inc. - 2000) de los '50 y '60, algunos de ellos pueden escucharse en comerciales y todos son experimentos musicales dignos de atención, algunos sorprendentemente avant la lettre, otros raros y también ingenuos, pero disfrutables con un poco de tiempo.


Este trabajo no fue muy apreciado por artistas de su época, y por ota parte aunque estuvo vinculado con el jazz en cierta etapa de su vida parece que el hombre se sentía más cómodo en compañía de técnicos que de músicos. Murió no hace tanto, con muy pocos mangos en el bolsillo y sin que se le reconociera ni una fracción de su talento. Un buen ejemplo de que en estas condiciones la creatividad está menos recompensada que la capacidad de venderse.

Es realmente peliagudo determinar el "valor musical" de una obra, al menos para mí que de música no sé nada. Pero estoy más seguro de que conocer cosas como estas brinda el placer de rastrear tendencias y chusmear curiosidades. Más que suficiente.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, feliz estreno!. Seguro que viniendo de usted va ser muy interesante la cosa. Justo en estos días me pasaron el Ableton Live que sería la versión moderna del Electronium para computadora. Es fascinante. Lo recomiendo para aquellos que gustan de experimentar con el sonido.

Saludos,

Ricardo

Peste dijo...

Prueba por existencia: era posible "pensar musicalmente", si se quiere, de este modo en el '59. Corolario: el que califique de "moderno" (en sentido vulgar) a este compositor no hace mas que demostrar sus prejuicios (digamos, "hay que haber nacido anteayer para hacer algo que me interese"). De eso esta hecho el exito de una revista impresa a todo trapo y escrita por analfabetos funcionales.

Ah, perdon, creo que me equivoque de weblog.

El Verdugo en el Umbral dijo...

Interesante.
SAlud!!!!

Ruth dijo...

No me privo, ya que me lo pide así. Lo leeré. Felicitaciones y saludos!

Martin dijo...

Si no hablaras de mitología griega, el título de este blog se prestaría a la decodificación de extraños anagramas. El más pícaro es, desde el vamos:

"Amateur desde el pene"

Sabemos que los profesionalismos en ese área son propios de fenómenos de circo, o trabajadores sexuales. Ahora bien, cosas como:

"Puta se enmele adrede" o "Sade penetra, me duele"

Son un tanto provocativas, pero tal vez alegóricas a la fricción entre el amor al arte y el arte del amor. O más bien de la tensión entre creatividad y academicismo:

"Demuele pedanteares"

Aún así, me quedo con el campechano imperativo:

"Musa, Panderetee, Dele"

Dele, musa, ¿qué le cuesta?


Lo saluda un fiel seguidor,
dolmancé.



PD: Por lo que pude escuchar, Raymond Scot no tiene nada que envidiarle a Kraftwerk. Me sorprende lo abarcativo de su estilo: Acá hay un videíto suyo con mucho swing.

Senza una donna dijo...

Reconozco que soy reacia a este tipo de experimento musical. Soy mucho más de música clásica (y acá podría estar de nuevo la discusión sobre cuándo la música se transforma en clásica, grandes orquestas o cuartetos de cuerda. Sin embargo, me sorprende y me da curiosidad lo que ha publicado. Y a partir de acá, espero su próximo post porque estoy segura que no defraudará. Saludos

LR dijo...

Felicitaciones por el nuevo emprendimiento, espero que haya algo de metal en este blog, jaja.

Saludos

Luk@s

Milkus Maximus dijo...

Vaya, vaya, veo que, como me dijo por ahì, al fin coincidimos en algo: en que no sòlo de pan vive el hombre :P

Lo felicito Mr. Jack, y le agradezco la disponibilidad de opciones: cuando me fatigue o me exaspere leerlo en clave marxiana, lo seguirè leyendo acà.

Mis parabienes

Luz dijo...

Es que si me tratás de Ud. me cohibo, Mr Jack.

Bueno, visitaremos periódicamente este blog. Yo también tengo un blog "artístico"

http://enlunarte.blogspot.com/


No solo de comer sapos vive el hombre.

Un abrazo

Severian dijo...

Iba a decir "notablemente moderno" pero Peste me cagó la reflexión con su análisis lingüistico... Me quedo entonces con "notable".

Y no puedo evitar el comentario out of place: se ve que el nacimiento y la novedad de un estilo musical y su repercusión comercial son cosas completamente no correlacionadas.

Anónimo dijo...

La base rítmica me recuerda al harmonium usado por la Penguin Cafe Orchestra. El sonido que describe una suerte de melodía, al silbato de una pava al llegar a ebullición, que ha sido presa de un fenómeno físico inexplicable. Y los sonidos finales, me hacen acordar a Mario Bros. Es un hallazgo, el suyo, más allá de que la música electrónica se haya iniciado en los cincuenta.