Recomiendo bajarse esto con premura y sin tardanza. Antes de escuchar esta obra la parte más estrecha y escéptica de mi espíritu -hay que admitir todo- frunció la nariz y dijo:
- El nombre del álbum no es muy creativo.
- "Argentino" no es una definición musical.
- ¿Qué se puede hacer con sólo tres bajos? Seguro que son avantgardescamente aburridos.
Torpe de mí.
Un cosquilleo de satisfacción nacionalista-futbolera (también un poquito tonto, pero ¿por qué privarse de ese placer sentimental?) es lo que se siente al saber que:
- Esta obra está entre las más bellas, versátiles y elegantes que pude oir en mucho tiempo.
- Es sorprendente lo variado que puede ser un trío de bajos.
- Esta música tiene un sabor argento inconfundible, y es disfrutable por cualquiera que guste de la música. Como siempre: lo nacional, cuando bueno, es universal.
No sé mucho de ellos, pero sé que han tocado en Buenos Aires, y recomiendo a cualquiera que vaya a verlos. En esta obra el Trío Argentino de Bajos ejerce la evocación con delicada naturalidad, crea atmósferas placenteras que lo hacen apto para cualquier ambiente y al mismo tiempo está lleno de detalles y recursos musicales que permiten quedarse sentado simplemente prestando atención a cada nota.
Las cuerdas de los bajos son protagonistas, claro. Acústicas, electrónicas, amplias, profundas, ligeras... provocan sorpresas varias sin chocar nunca al oyente. Nuevamente: cuesta creer que son sólo tres bajos. Hay guiños múltiples, pero no guiños tontitos sino vueltas sorprendentes que nunca caen en la fatigante demostración técnica (mirá qué bien que toco) sino que la habilidad brilla precisamente por su discreto servicio a la belleza.
Como rata por tirante es una delicia de boogie jazz, y el último tema rompe la cabeza, pero no se puede decir con exactitud qué es lo que tocan... Y eso es lo mejor ¿Nu jazz? ¿New age? ¿Hot club? ¿Post rock? ¿Milonga? Aunque parezca mentira los tipos tocan todo eso con sólo tres bajos, y al mismo tiempo el álbum es redondamente compacto; la variedad de estilos sorprende precisamente porque la forma es una bonita excusa para algo más, y ese algo más es lo que atrapa.
Dense un tiempo para disfrutarlo, pónganlo en medio de una conversa con amigos, escúchenlo con la mujer que aman, o con la que quieren amar, fúmense un cigarro, pásenla bien.
Nada, escribo demasiado, bájense esto que es gratis y vale mucho.
Download
http://www.myspace.com/eltrioargentinodebajos
http://www.hispasonicos.com/trioargentinodebajos
http://clinicalarchives.blogspot.com/2009/03/ca230-trio-argentino-de-bajos-el-orden.html
sábado, 7 de noviembre de 2009
Trío Argentino de Bajos - El orden de los bajos no altera el producto
martes, 15 de septiembre de 2009
Futbol - Mas Bambino que Nunca
Buenísimo álbum de esta banda argentina que muestra un sentido musical muy especial. Tiene algunos momentos en los que suena como rock progresivo, pero la mezcla de violines avant-garde con ciertos recursos le dan un aire porteño afiladamente melancólico, si es que eso es posible.
Sobre todo me encanta la utilización de una melodía de dibujito animado cuyo último pasaje se convierte a fuerza de repetición en un efecto sonoro oxidado muy apropiado para pasajes de bajo muy atmosféricos. Se trata de un laburo más que nada instrumental, pero con algunos pasajes cantados (o más bien recitados) con acidez e irónica rabia.
Un álbum de puta madre, bah. La lista de temas promete. Y no defrauda:
1. Baz Brown
2. Madre
3. Astronautas I & II Abalos
4. Look The Disco
5. Elio Rossi
6. Aldo Pastur
7. El Corto Morzillo
8. Bud Spencer
9. Alumniestrella
10. El Abominable
11. M. Coch
12. Metalero
13. Nil Roque Chagas
14. Jorge Montes
15. Movil al Movil
16. Isaac “Bigote” Scliar (El Hombre Signado por el Infortunio)
Los integrantes de FUTBOL son: Juan Pablo Gambarini: Guitarra y sintetizadores,Federico Terranova: Bajo y violin y Santiago Douton: Bateria y voz, ellos se sumaron en este disco Invitados: Maximiliano Wille: Percusión; Federico Landaburu: Clarinete bajo; Nili Grieco: Flauta; Cecilio Martinez: Cello; Primo Zanazzi: Viola. Contacto con la banda futbolenvivo@hotmail.com.
BAJAR ACÁ
...y disfrutenlón!
domingo, 9 de agosto de 2009
David Bowie + Maria Callas = Klaus Nomi
Este post podría servir para una aburridísima discusión sobre si el pop es arte, sobre si ciertos géneros musicales son capaces de arte, qué es el arte, y todas esas preguntas para las cuales uno no está siquiera preparado (en cualquier sentido de la palabra). Cada uno gusta del arte que se merece, y punto.
Klaus Nomi era un contratenor que nació en Baviera en 1944, provenía de una familia de artistas y de chico se ahorraba las guitas que le daba la abuela para comprarse discos de opera. Sabemos lo serios que son los niños en sus elecciones.
"Una vez vi a María Callas, y siempre tuve el sueño de conocerle. En Alemania, existe una costumbre en la noche de año nuevo que consiste en derretir algún metal sobre una vela, y cuando se vuelve líquido lo colocas en agua fría. Algo muy extraño sucede. La idea es que lo analices y juzgues por ti mismo lo que pueda significar para ti. Esta forma parecía como si dos personas estuvieran cara a cara, y por supuesto era María y yo. Bueno, tres meses más tarde fue anunciado que ella iba a venir a dar un concierto en la pequeña ciudad en donde vivía. Fue perfecto, de hecho estuve presente. Y de hecho, salté al escenario, y la encaré lo más cerca posible que pude. Logré obtener un fugaz vistazo de sus ojos, y fue como un incendio dentro de mí. Casi me desmayo. Al día siguiente, fui a buscar una profesora de canto y comencé a cantar profesionalmente, y cada vez que tengo éxito en cualquier cosa, en honor a ella interpreto una de sus canciones". (sacado de aquí)
En materia de fusión pop-ópera hay bastante material, la más conocida representante del género es casualmente una de las -me parece- peores: Nina Hagen. Invito a escuchar este album y sentir a este barroco salvaje que era Klaus Nomi. No para de experimentar, de variar, no se entiende bien qué estamos escuchando... es pop, ajá... es una ópera... ehhmm... es avant garde ¿no?
Qué se yo qué es. Me gusta.
¿Que es decadente? Puede ser. Pero desde el punto de vista artístico eso no quita ni agrega nada, y es ese punto de vista el único que importa.
Trabajó en la Opera Alemana de Berlin durante los '60; también interpretaba arias de óperas en un club nocturno gay. En 1970 se fue a Nueva York, donde me parece tenía la posibilidad de encontrar una musica pop más explosiva, más contrapuesta a su formación clásica, aunque se las rebuscó como pastelero; así que miraré con más respeto las medialunas que me coma con el cafecito de aquí en más.
Se unió a una compañía de teatro, hizo producciones satíricas basadas en óperas, fue sofisticando su apariencia. Hasta que en un evento artístico se mandó el aria Mon coeur s'ouvre à ta voix, de Sansón y Dalila. Lo hizo vestido de extraterrestre y finalizó el aria con unos efectos electrónicos que estoy seguro provocan en quien lee esto una fácil sensación blasfematoria. Yo sostengo que hay que escucharlo. Y que me gusta, qué se yo. Sáquense la duda escuchando el último track de este album que presento:
Klaus Nomi - Encore! - 1983 - RCA
que es el que más me gusta, donde hay diversas canciones, algunas conocidas y otras inéditas. Un despliegue de música escalofriante, una perversa versatilidad y una voz que llega a donde quiere.
Klaus Nomi fue una explosión pop, pero hoy es muy poco conocido. Una de las razones es que -me parece- lo que tocaba era complejo, sofisticado, cambiante. Demasiado caprichoso para pasar por la radio, no parecía una apuesta segura para quienes quieren simplemente hacer guita ya mismo ¿Cuántas veces durante los '80 habremos escuchado Don't worry be happy?
¿Cuántas?
Las suficientes como para que esa canción se haya vuelto tan detestable que ya nadie quiere recordarla.
¿Y cuántas veces pudimos escuchar a Klaus Nomi? ¿En la radio? ¿Quién es Klaus Nomi?
Murió de SIDA , cuando esa enfermedad casi ni tenía nombre, en 1983. Demasiado pronto.
Como siempre si alguen desea linkear el album por ahí...
domingo, 2 de agosto de 2009
Perkalaba: hutzul-ska-ethno-punk-you name it
Una visita a los eslavos ¿Qué ocurre por esos lares? Bueno, hay un grupo de ucranios dementes que merecen mucha más atención de la que tienen hoy: Perkalaba la rompe, escucharlos es un placer.
No sólo despliegan una festiva energía sino que además las melodías son interesantes, cambiantes, a veces hasta hipnóticas. En sus álbums es difícil encontrar un tema flojo: todos son divertidos. Aprovechan bien el hecho de que el ritmo ska se lleva bastante bien con las cadencias centroeuropeas, como la música tradicional ucrania, que la llaman "hutzul". Con este álbum empezamos a explorar una veta de música klezmer, judía, gitana y eslava que fue muy influida por el punk, género que en sí mismo me parece ha dado poco, pero que combinado con otros generó reacciones explosivas y muy agradables.
En el album aquí reseñado (Svyato Gribiv i Foreliv, que por lo que entiendo quiere decir "Vacaciones, hongos y truchas" - 2004) se encontrarán temas como Paraguay (sí, no entiendo nada de la letra pero evidentemente hablan de Paraguay, en el video hay un tipo con una muñeca inflable, en fin...) o el melancólico pero frenético Guley (que me suena familiar pero no sé de dónde). En su mayoría temas cortos, muy rítmicos y acelerados en tempo ska, pero que no aburren porque siempre ofrecen una melodía interesante, sentida y con mucha sangre en las venas. Verlos en vivo debe ser una experiencia que me pienso regalar en cuanto pasen cerca.
Perkalaba en myspace: http://www.myspace.com/perkalaba
Si luego de esta breve reseña alguien quiere aportar algún link en los comentarios...
miércoles, 1 de julio de 2009
Koenji Hyakkei, aplanadora lírica
Escuche a estos monitos. Intente entender qué género es. Si lo analiza un poco verá que Ud. “entiende”; lo que ocurre es que Ud. no entiende por qué “entiende” y eso es justamente lo que le hace no saber ya ni dónde está parado.
Koenji Hyakkei es uno de los proyectos liderado por Tatsuya Yoshida, una figura destacada (si se me permite el hallazgo expresivo) entre varios monstruitos de Japón, ese país al que –al menos desde el punto de vista de la música- hay que agradecerle su mera existencia.
Instrumentalmente tienen la fuerza aplanadora de una banda heavy, pero ojo: no se parecen a nada que se haya escuchado del género. Se los asocia con el rock progresivo... pero definitivamente si esto es rock progresivo entonces todo lo que yo conocía con ese nombre son meros intentos. En el famoso rock progresivo es muy fácil encontrarse con guiños al “arte” que muchas veces son ingenuotes o relamidos. Koenji Hyakkei no cae en eso jamás.
Las voces forman coros líricos y el conjunto mantiene una tensión constante que uno sin embargo acepta gustosamente... ¡No bajan nunca! Los remansos de “tranquilidad” suelen ser tan intensos e insistentes que uno se pregunta cómo es que sigue escuchando. La respuesta es simple: los tipos no cansan, al menos no a mi (y yo no soy un fanático del rock pesado).
En definitiva: estoy hablando demasiado de “rock” y esto no tiene ya nada que ver con el rock, utilizan guitarras eléctricas y baterías, y pueden ser más feroces que cualquiera de esos lateros, pero eso no significa nada. Otra vez me parece que hay que tirar varios discos de artistas que se la han pasado copiándose unos a otros. Estos tipos meten pianos, saxos, free jazz, ópera, susurros y vuelos vocales impresionantes (Grahbem Jorgazz más que una canción es una experiencia). Esto lo puede escuchar cualquiera al que le guste el heavy, el free jazz, la música coral... bah, cualquiera al que le guste la música.
Los nombres de las canciones y las letras son otro asunto interesante; están escritos en una lengua inventada. Todas las palabras se parecen a algún idioma y sugieren algo ya que la entonación, la pronunciación, los acentos, todo tiene su papel en la expresión. En los temas tienen lugar diálogos y repeticiones mántricas (pero nada reposadas) que juegan con la música de una manera tan fantástica que uno tiene esa deliciosa sensación de entenderlo todo, tan similar a la de no entender nada.
El género dio en llamarse “zehul music” y es una invención de Christian Vander, de quien ya hablaremos por aquí pero se trata de un francés líder del grupo Magma, que inventó el “kobaiano”, lenguaje en el cual “zehul” significa “música celestial”. El zheul combina elementos del rock progresivo y el neoclasicismo (como siempre: lo que sea que eso quiera decir).
Escribí demasiado como siempre, y no hice justicia a estos animales musicales. Ofrezco aquí el último de sus álbumes, Angherr Shispaa. Pueden bajárselo de aquí.
Ah! Y agárrense fuerte.
miércoles, 17 de junio de 2009
Iron like Nylon, la tensión de la delicadeza
Bueno amiguitos, primero les dí el dulce, algo fácil de escuchar, rico y digerible. Luego les presenté esto, que es bastante más sorprendente. Ahora es el momento de mostrar la verdadera cara del autor de este blog y decir al público la verdad: se trata de un perverso peligroso.
Quiero presentar a alguien que es una completísima desconocida y además una genia. Se llama Meghan Lamb y su proyecto musical es Iron like Nylon. No es japonesa, ni báltica ni de ningún pais glamorosamente exótico sino de un lugar tan poco avant-garde como Indiana, EEUU. Y es hora de sacudirse ese prejuicio snob consistente en creer que los EEUU no son capaces de nada nuevo culturalmente. Craso error: la decadencia del imperio brinda frutos raros, creo que artísticamente podemos esperar mucho de los EEUU a corto plazo.
Esta chica difunde sus álbumes gratuitamente en internet, los deja por ahí, al parecer le importa un pomo promocionarse mientras su novio (y entiendo colaborador en la composición de algunos temas) hace esfuerzos denodados por darla a conocer, y hace unos videos en los que uno se da perfecta cuenta de que a ella no le interesa para nada hacer videos.
Otra cosa es la música que hace. Y su voz.
Así que alégrense de entrar al club de unos pocos que si hay algún aprecio por la belleza en el mundo deberían convertirse en muchos. Dije que su discografía se consigue en internet, pero el Tío Jack ya ha compilado todo para ustedes, así no se tienen que gastar. Y no sólo lo he compilado sino que hice algo mejor...
Bájense el primer link y escúchenlo. El primer tema Just do it NO ES de Iron like Nylon sino de Steely Dan, del álbum You Can’t buy a Thrill (1972). Es de esos temas que alguna vez hemos escuchado pero que por desgracia (o por suerte) no los han machacado demasiado por la radio. Una o dos veces que lo oímos y ya se quedó grabado en nuestra corteza cerebral... para ser luego injustamente olvidado. Temazo setentero, del mejor rock con influencias funk, cancherísimo y muy disfrutable.
Lo que viene luego es la versión del mismo tema... por Iron like Nylon. Je je.
El tercer tema tampoco es de ILN sino que pertenece a The Hollies, del álbum homónimo (1974), y también es uno de esos buenos temas seventies que nos suenan conocidos. Simply Red hizo una versión en los '80, para mi gusto un poquito aburridona. Le sigue obviamente la versión de ILN, y si escucharon la primera se imaginarán lo que viene.
Pero lo de esta chica no es sólo hacer versiones, de hecho sus temas originales son en mi opinión mucho mejores.
Les dejo entonces: In the Absence of Love – A tribute to Georges Bataille (creo que es el que más me gusta), Shut up, Where will all these bright things be y Iron Like '70, en el cual la chica hace versiones de temas setenteros. Si las versiones de temas conocidos (como Out of Touch, de Hall & Oates o Here Comes the Rain Again de Annie Lennox) pueden gustar, yo prefiero temas originales como el sobrecogedoramente bello I am you are demanding light waves, breves joyas dramáticas como The Tolling o composiciones geniales como It’s a party, tema disco con una impresionante orquesta de violines. Por lo demás, todas las canciones son perturbadoras, bellas y tan ascéticas que uno se pregunta cómo se puede lograr semejante efecto demoledor usando recursos tan austeros; y sin embargo no guarda la menor semejanza con el minimalismo aburrido.
El estilo... es evidente la influencia del canto religioso, y es una buena forma de darse cuenta cómo las iglesias –que de psicología marketinera entienden mucho– pueden inducir al éxtasis mediante la música. Iron like Nylon sólo utiliza la electrónica de una manera sutil para acrecentar los efectos dramáticos de ese instrumento genial que es la voz humana. La de Megan Lamb, más bien.
Y aunque a ella no le importe, es una pena que no la conozcan muchos que seguramente apreciarán su arte.
De nada, lo mío es un apostolado.
Introducción a Iron like Nylon (compilación NO original de Jack Celliers)
In the Absence of Love – A tribute to Georges Bataille
Shut Up
Where will all these bright things be
Iron like '70
Iron like Nylon en myspace: http://www.myspace.com/ironlikenylon
Iron like Nylon en lastfm: http://www.lastfm.es/music/iron+like+nylon
jueves, 11 de junio de 2009
Jun Togawa, un privilegio
I) Disclaimer
Mi blog es como si fuera mi restaurante, un restaurante gratis, sólo que lo que se pone en el plato lo decido yo. Cuestión de cortesía comérselo y decir “¡Qué rico!”.
Establecidas las reglas, pruebe bajarse lo que se ofrece, decirse a sí mismo que tiene un par de horas para perder totalmente, no hay nada interesante que quiera hacer más que mirar el techo... vamos, no me va a decir que no tiene uno de esos momentos... ¿Qué puede pasar de peor? Embólese de manera creativa: escúchese algo de lo que ofrece quien sabe qué psicópata en la red.
II) ¿Y ahora qué?
Bien amiguitos... esto que les ofrezco es –permítanme el placer de la desmesura– una gema. Nadie que ame la música dejará de reconocer que esto que van a escuchar es algo raro, soph y demoledor al mismo tiempo.
Jun Togawa es una artista japonesa. Allá parece que es bastante popular, pero sus actitudes reñidas con lo comercial han limitado su expansión, así que podriamos definirla como una respetada figura del underground japonés. Aunque ya tiene una carrera extensa y varios discos es muy poco conocida en occidente, pero debería serlo mucho más; esta mujer es asombrosa.
III) Ajá... ¿Y qué canta esta mina?
Los japos nos enseñan que esa pregunta es un poco tonta. El prejuicio de género es entre ellos bastante menos frecuente que entre nosotros. Y Jun Togawa es versátil incluso para standards japoneses.
Para que nos guste Jun Togawa nos tiene que gustar la música. “Música” significa: nada de tribus urbanas ni de “a mí no me saqués del tango”. Sin embargo es seguro que incluso si somos fans de un género (jazz, tango, pop, experimental, opera, blues, carnavalito, vals, música infantil, o punk satánico) encontraremos que Jun Togawa tiene al menos un par de temas de eso. Y buenísimos. Tanto es así que su talento a veces parece destructivo, extrae las claves del estilo y las lleva tan lejos que parece que hubiera acabado con el género, que ya no es posible representarlo mejor.
IV) OK, pero ¿Qué tiene de especial?
Lo primero que se nota al escucharla es su registro vocal, que no sólo es sorprendente sino que además tiene un carácter histriónico tal que es difícil imaginar sólo a una persona cantando. Gracias a Jun Togawa (que no casualmente tiene una carrera como actriz) aprendí el valor de actuar las canciones. La que canta es una niña, una prima donna, una cabaretera borracha, una bruja enloquecida o una alienígena: ella.
Cuando escucho una nueva banda me gusta dibujar y fumar. A las pocas canciones de esta mujer tuve que dejar de dibujar, tuve que dejar de hacer cualquier cosa, y escucharla absorto. Tuve la sensación de ser agarrado del cuello y paseado por donde se le antojó. Las melodías son... originalísimas sí, y extrañas también, pero perfectamente “seguibles”, no se trata de experimentos sonoros fastidiosos. Y la autoridad que demuestra, el modo como se deja el alma en cada canción me obligó a escucharla con la mandíbula floja.
V) ¿Alguna comparación o influencia?
Por ahí se la ha comparado con Nina Hagen... Y claro, es que aquí tuvimos que conformarnos con eso. Jun Togawa está demasiado lejos tanto en calidad como en abanico estilístico. Y esa es otra de las características de esta mujer: nos deja la sensación de que podemos tirar a la basura un montón de discografía, ella lo hizo mejor.
VI) ¿Carrera?
Jun Togawa actuó principalmente en los ’80 y ’90 con varias bandas, proyectos y músicos de puta madre que para mí es un placer presentar aquí, porque estoy seguro son poco conocidos. La banda más conocida de JT es Yapoos, grupo con el que principalmente se dedicó a hacer pop... Pero qué pop: sofisticado, elegante, bailable, raro. Paraleleamente hacía discos con otra banda llamada Guernica, una música más avant-garde, con poca o ninguna electrónica, influencias orquestales clásicas edithpiafescas y gershwinescas, onda cabaret europeo de los ’30, etc. Más adelante desarrolló la Jun Togawa Unit, una banda cambiante de músicos que la acompañan en según qué cosas. También ha cantado con Otomo Yoshihide, que es una bestia del mejor free jazz.
VII) Y dígame, ¿esto que me voy a bajar qué es?
Bueno, es una compilación de 43 temas hecha arbitrariamente por un servidor. He intentado abarcar más o menos una obra tan variada que créanme, es un laburo. Les aseguro que me dejé varias cosas fuera y que habiendo comprado tantos CDs innecesarios bien vale la pena adquirir algo de ella.
En el último set encontrarán un documento con autores, bandas intérpretes, el nombre de las canciones y una traducción aproximada al español. Mis conocimientos de japonés son paupérrimos, así que tómense todas las traducciones como tentativas, sobre todo las que incluyen signos de pregunta.
Basta. Bájense esto, y esto, y esto. Está buenísimo y se acabó.
VIII) Comentarios a las bandas.
Lo que sigue puede ser un spoiler, recomiendo escuchar primero y luego si hay curiosidad pegarle una leída a estos comentarios de algunas de las canciones:
Teinen Pushiganga (1): Esta es la primera canción que escuché de ella. Y también cometí el error de –una vez repuesto del asombro– decir: “Mirá vos qué simpática la japonesita...”. El tema es de Manuel Acosta Villafañe, folklorista argentino.
Sanagi ka no Onna (3) y Panku Sanagi ka no Onna (4): La primera es una bella interpretación del canon en re mayor de Pachelbel, pieza original de 1680 que se hizo muy conocida desde finales de los ’60; se han hecho muchas versiones, pero ésta me parece imperdible. La segunda es un golpe a la mandíbula. Otra cosa que aprendí de esta mujer: es mentira que “El punk es fácil, basta con pegar alaridos en el escenario”. Grave error: para pegar alaridos hay que saber mucho. Prestar atención a las notas vocales finales, que para pasar del berrido barroso a ese vuelo lírico hay que tener un talento. Luego de esta arpía demente intente escuchar a esos grupitos de rock satánico sin sentir lástima por esos adolescentes faltos de cariño.
Suki Suki dai Suki (6): Uno de los más conocidos de JT, y el mejor tema pop del mundo. Al comienzo el oído detecta un floreo que a mí me suena medio sesentoso... Luego una canción pop de goma, totalmente facilonga, pava, para vender chicles... hasta que llega el estribillo, una broma magistral: es imposible no entusiasmarse con esa vocalización gloriosa. Y al finalizar vuelve la vocecita infantil y machacona: “Suki suki dai suki”; como diciendo: “¿Viste gil?”. Esta canción resume el pop en toda su pavada y toda su gloria. Otras joyas pop son Korekutaa (9) y Barbara Sexandroid (21), con una onda sixties 007 deliciosa.
Aurora B (8): Bella versión de un tema del año 1979, hecho originalmente por el duo italiano Krisma (o Chrisma), que son realmente de culto, muy poco conocidos. Hacían una mezcla curiosa –pero común en los ’70 europeos – de kraut-rock con música melódica. Obviamente los conocí gracias a este tema.
Maronie Dokuhon (11) es una melodia bellísima en la que el registro vocal de JT se luce. Aru Ameno Gogo (17) es... un tanguito precioso que contrariamente a lo que yo pensaba fue hecho por japoneses e interpretado por un crooner japonés: Dick Mina.
Sayonara O Oshie Te (13) es otro cover de Comment te dire adieu... pero hay que escucharlo. Me encanta esa voz despechada y llena de dignidad, dn ganas de decirle: “Si, mi amor, lo que quieras”. Doto no Renai (14) es dulcemente angustiante. Muy dulcemente y muy angustiante y muy rara. Tocada en un templo me podría convertir a cualquier religión.
Shinsei muu Teikoku Boukoku ka (32) es una maravilla operístico-teatral en la que JT participa junto a otros monstruitos, y Oh Bureneri (36) es un tradicional suizo al que la inyección de free jazz lo convierte en... en... no sé.
Because the night (39) sí, es el famoso tema de Patti Smith, y este cover es oscurísimo, distorsionado, retorcido y bestial.
Un par de punkosidades como la zapada con Toruenzo en la que se demuestra lo bien que se puede berrear (41).
Formless Station Ends (43) cierra la compilación. Debe ser la canción más rara e inclasificable que he escuchado, y lo gracioso es que no tiene nada de experimental. Jun Togawa hace incluso de la pronunciación un recurso y nos deja así, extrañados, extasiados, maravillados.
...y después hay que escuchar gansadas como que Madonna se “reinventa”... ¿Madonna? ¿Quién es?
lunes, 1 de junio de 2009
Ne Zhdali, estonios cancheros como porteños
Para picar: aquí hay un grupo de estonios (o ruso-estonios, si hay que hilar fino en el origen étnico) que hacen... ¿Qué hacen? Bueno, para mí hacen free-jazz, pero es tan "free" que deriva hacia varios rumbos: algunas influencias de rock progresivo, avant-garde, folklore europeo oriental... Y estos son los grupos que más me gustan, los que hacen simplemente música.
Escuchar a estos atorrantes es muy placentero: hacen malabares con los estilos, gastan un modo medio farsesco e irreverente, pero ojo: saben tocar. Uno se divierte mucho con ellos aún sin saber qué corno dicen. Nos asalta la agradable sensación de estar en algún pub chiquito de Tallin, o Riga, o Moscú tomando algo fuertón mientras afuera hace un frío de aquellos, y ellos ahí zapando. Como si Sumo se hubiera vuelto jazzero.
Lo cierto es que esta banda -que tuvo su apogeo en los '90 luego de la caída del muro- hace gala de un espíritu nada capitalista ofreciendo su discografía (¿completa?) en su propio website, así que bájese todo lo que quiera.
Aquí incluyo los discos que están grabados en mejor calidad, y si tengo que elegir me quedo con tres:
El primero, Rhinoceroses and Other Firms of Life (1990), bien jazzrockero, en el que creo que ni un tema es descartable; todo se escucha con placer, sorpresa y sin la menor fatiga.
Hey Driver Cool Down The Horses (1994) es un poco más "étnico", con mezclas de (lo que supongo es) folklore báltico o ruso con electrónica.
What Ever Happens, Twist (1995) es otro discazo, un poco más experimental pero muy compacto y logrado.
Estos son los grupos que me hacen pensar en lo ridículamente injusto que es el mercado musical con el talento y la originalidad, lo sometidos que estamos a un bombardeo de uniformidad sonora aburriente y pesada.
Déle otro toque sofisticadín a su colección de música y mienta desvergonzadamente diciendo que los encontró por casualidad en una disquería perdida durante uno de sus viajes por el Báltico, porque seguramente alquien le preguntará: "¿Uau, de dónde los sacaste?".
Espero contribuir a que los muchachos de Ne Zhdali consigan más adeptos en el ispa argento, lo merecen. Aquí está su website.
Notita: Los álbums están ofrecidos en carpetas tema por tema, así que hay que bajarlos de a uno (al menos yo no logré hacerlo de otra forma). Vamos, es un esfuercito minúsculo y vale la pena.
Rhinoceroses and other forms of life
Hey Driver Cool Down The Horses
Whatever Happens, Twist
Pollo d’Oro
Live Rarities Vol.1
Tokyo, Nov.25, 1998
Si se quedaron con ganas de más: aquí está toda la discografía que ofrecen.
martes, 5 de mayo de 2009
Servicios a la comunidad: The Jack Celliers’ Japanese Experience (o algo así)
- Haceme un CD para el auto, dale.
La petición de mi dama fue esa, así que armé un compilado japonés. Apto para rodados diversos, mp3 players, ocio laboral, sofá; y por supuesto como oportuno cohesionador social: fiestas y reuniones de amigos o personas seducibles que suben a nuestro auto, a quienes interesaremos de inmediato gastando actitud cool y comentando las bandas en tono estrictamente casual, mostrándonos como personas sofisticadas y bla bla. La forma más cool de ser cool es la que no cuesta un mango.
1) Pappaya – Ego Wrappin’ (Night Food, 2002): Empezamos con esta banda de Osaka que hace lo que llamaríamos J-Jazz aunque también manufacturan joyitas pop. Si alguna vez escucharon una compilación de Saint Germain de prés Café, o alguno de esos grupos Nu-Jazz europeos, olvídenlos. Bueno, OK: no los olviden pero a mí me parece que esto es aún más interesante. Sugiero atención para la vocalista Yoshie Nanako (casi todas las vocalistas femeninas impostan la voz, y casi todas suenan irritantemente iguales; ella no) así como para la facilidad con la que este dueto maneja las claves estilísticas del mejor jazz tradicional (cosa poco frecuente en el nu-jazz). Uno los escucha y se da cuenta de dos cosas que no son contradictorias: esta gente se divierte y al mismo tiempo demuestra (acusada caracteristica japonesa) una cuidadísima producción y un profesionalismo de fierro.
2) Rabbit War – Ali Project (Classics, 2001): Temazo disco. Ya presentamos a la banda en este post; han hecho cualquier cantidad de discos tocando varios estilos, principalmente una especie de pop barroco con ocasionales influencias étnicas, aunque esto es una muestra de su versatilidad: un verdadero caño de tema dentro de un género –el disco– en el que hay demasiado gas. Notable la cantidad de recursos y guiños que se pueden ensamblar en una sola canción que no deja tener quieta la cabecita.
3) And Surface Runoff – Motoro Faam (...and Water Cycles, 2007): Bajamos un cambio... varios cambios. Esta gente hace un sonido experimental en el que mezclan atmósferas electrónicas con melodías de piano muy bellas. Es verdad: pueden sonar un poco new age, pero están muy lejos del sentimentalismo pavitonto. El álbum al que pertenece este tema hace referencia a los ciclos del agua. Es para relajarse e imaginarse la lluvia, pero no en Corrientes y Esmeralda, claro, sino en algún lugar así, tranqui, fresquito y extrañamente electrónico.
4) Tank! – Yoko Kanno & The Seatbelts (Cowboy Bebop OST - Limited Edition Boxed Set, 2004): Otro desafío a quedarse quieto. Genial banda de sonido de la serie manga Cowboy Bebop. No soy muy amigo del manga, aunque hay algunos interesantes. Como sea: la banda de sonido es fantástica y esta versión en vivo de la edición limitada me parece aún mejor que el original en estudio. Yoko Kanno es una compositora e instrumentista que no se priva de nada: jazz, blues, baladas acústicas, rock, funk y experimental, y todo muy rico.
5) Senaka – Asa-Chang & Junray (Senaka EP, 2004): Este tema se presentó en este post, y lo puse aquí simplemente porque queda bien, vuelve a bajar un cambio, nos sumerge en un estilo más atmosférico y experimental. Y además estoy enamorado de esta canción.
6) Passion – Yoshida Brothers (Yoshida Brothers III, 2006): Escuchando este album con mi dama dimos un respingo cuando oímos... bueno, ya lo van a oír ustedes. Ahí nos dimos cuenta. Estos hermanos tocan un estilo de música japonesa tradicional llamado Tsugaru-Shamisen en el que predomina, previsiblemente, el shamizén. Parece que se cansaron de tocar sólo eso así que llevan el estilo a estos extremos que se aprecian en la canción. La ondulación sonora de las cuerdas del shamizén es muy sofisticada y provoca deslizmientos evocativos (digo yo, como podría decir cualquier cosa) Volviendo al tema: ¿alguien ubica quién es el que se manda el comentario en medio de la canción?
7) Wataridori – Cornelius (Sensuous, 2006): Whaaaaaaaa... Sube, sube, sube. Me encanta esa cuerda del fondo que exagera un sonido ondulante y envolvente. Cornelius es un músico experimental, la mayoría de sus temas juegan con silencios, efectos y palabras, pero siempre juega al borde: introduce oportunamente melodías electropop muy fáciles para llevarnos de la mano hasta el próximo abismo: poing, hep! Whhhhhaaaaaaaa...
8) Jet Mogura – ex-Girl (Big when far, small when close, 2000): Tour de force vocal. ex-Girl son un trío de chicas muy carismáticas. Sus shows son muy raros y si uno ve los trajes que usan y los delirios que plantean (dicen venir del planeta Kero... cosas así) no se las tomaría en serio. Sin embargo detrás de toda la pavada hay unas vocalistas de puta madre que se animaron a hacer un álbum casi sin instrumentos con unas demostraciones vocales bastante operísticas. Este tema es una muestra.
9) Infinity Street Car – Tipographica (Tipographica, 1993): Escuchen esto y díganme qué es. A mí me suena a un jazz latino medio retorcido aunque elegante... francamente no tengo idea, pero me encantan esas subidas y bajadas. Tipographica es un grupo de free jazz bastante delirante con algunos guiños estilísticos rockeros que hacen unos arreglos rarísimos e incurren en frankzappismos varios. Algunas veces se ponen insoportables y dan ganas de decirles: “flaco, BASTA”, pero otras ofrecen joyitas como esta.
10) Cyber Devils – Ali Project (Psychedelic Insanity, 2007): Volvemos con algo de estos muchachos, y aquí disfrutamos de la vocalista (de su voz solamente, ejem) en un tema más típico de A.P. con un inquietante estribillo, así, cabalgante y paganoide.
11) Toh-Sui – DJ Krush & Toshinori Kondo (Ki-Oku, 1998): Relax again, baby. Lounge music, smooth jazz, trip-hop… campo fértil para sandeces varias y CDs que se venden en estaciones de servicio al lado de los chicles. Pero lo que tienen aquí, amiguitos, es la posta post. Escuchen esos arreglos: no, no se trata del inepto soplidito de Kenny J (“Boluda, ¡me compré el de Queni Shi!”), ni saxitos melosos ni funky para vender helados. Esto es lo que el lounge debe ser: discreto y canchero. DJ Krush es un productor y DJ que en esta oportunidad se unió a Toshinori Kondo, un trompetista jazzero de puta madre que lleva recorrido desde Dizzy Gillespie hasta el free jazz y la electrónica . Juntos se mandaron un album que es im-pres-cin-di-ble, Monona, y si no lo tenés no existís.
12) Big noise from Winnetka-Kuroari no marching band – Ego Wrappin’ (Night Food, 2002): Y volvemos a acelerar. Este jazzete fue grabado por Bob Haggart en 1938 (los vientos del principio me hicieron acordar a Summertime) y se han hecho de él varias versiones. Ego Wrappin’ hace aquí una mezcla deliciosa en japonés (¡supongo!) y le da y le da y le da...
13) Kana – Asa-Chang & Junray (Kana EP, 2004): Otra mezcla redonda y sutil de estos genios. Una lenta armónica blusera se funde con una melancolía que viene del otro lado del planeta. La voz es tan expresiva que a veces me parece que entiendo lo que dice. Lo que quiere decir. Bah, no sé.
14) Future Umbrella – Shugo Tokumaru (Exit, 2008): Pequeña joyita naive, esta canción es un paseo. El autor es intrumentista, cantor y compositor; varios de sus arreglos y melodías recuerdan viejas canciones de los ’60. Está a un paso de ser música para dibujos animados, y por ahí lo es, pero de unos dibujos animados muy bellos.
15) Birdland #3 – Takagi Masakatsu (Coieda, 2004): Artista plástico y músico experimental japonés, muy afecto a los ruidillos electrónicos pero que en esta ocasión ejecuta una bella pieza de piano despojada de arreglos tecnosos que nos recuerda lo importante que es... respirar.
16) Silk Road – Magical Power Mako (Super Record, 1975): La fusión “étnica” ya existía en los ’70. MPM (Makoto Kurita es su nombre) es otro de estos japoneses versátiles que siguió haciendo discos hasta el 2004, al menos por lo que conozco de él. Esta pegadiza composición mezcla melodía e instrumentación japonesas con guitarras rockeras y un ritmo marchoso e incansable.
17) Fureai – Zazen Boys (Zazen Boys 4, 2008): Para terminar con adrenalina. El cantante realmente destroza todo, pero la canción es potente y hace buen juego con los alaridos del vocalista. Zazen Boys es una banda de funk-rock-indie japonesa con ciertas actitudes punkosas, pero ojo: la adrenalina no está para disimular ninguna falta de talento, estos pibes ofrecen una ejecución instrumental impecable. Si quieren saber qué corno es ese “Fureai” con el que el vocalista está tan entusiasmado, los invito a ejercitar la perplejidad y a saber algo de lo que ocurre allá lejos, que al fin y al cabo somos del mismo planeta.
Disfrutenlón!
Pueden bajar ambas partes del compilado aquí y aquí.
miércoles, 22 de abril de 2009
Asa-Chang & Junray
Bien, ahora basta de concesiones. En nuestra sección "maltratando al cybernauta" vamos a proponer algo bien denso: música experimental de fusión tradicional japonesa-electrónica ¡Ja!
Entiendo la alarma: uno lee "experimental" y le viene a la mente la palabra con la que Macedonio destruyó a Lugones: "soniditos". Un apagado "clong", una especie de "pannngg", algo que suena como "swiishhhh"... (silencio de cuatro segundos interminables)... un gritito... otro gritito... Chau, tirá eso cemelfavor, quesunemboletotal.
Supongo que todo género moderno sufre de lo mismo: el asalto de montones de chantas. Y así se hace engorroso encontrar el talento entre tanta pavada.
Me atrevo a dar ciertas garantías: Asa-Chang & Junray son uno de los grupos J-xperimental que más me gustan, si no el que más ¿Qué hacen? No sé, pero lo hacen con una delicadeza que vuela la tapa de los sesos. Una melodía de cuerdas nos lleva volando... y nos suelta en caída libre hasta que en el medio de la nada somos rescatados por una voz que repite sílabas de una manera queda, pero extrañamente expresiva. Un ritmo absolutamente irregular, marcado por una tabla que debería sonar irritante, excéntrica... pero que no nos molesta en absoluto porque cae exactamente allí donde la esperábamos. Asa-Chang & Junray juegan mucho con la vocalización rítmica y las atmósferas, el drumbeat y el sampling están utilizados con una precisa discreción que los convierte en detalles disfrutables de la música en vez de las previsibles electroparodias que sufre cualquier género no electrónico.
He subido de ellos una de las canciones más bellas que he oído: Senaka, del EP homónimo (2004), cantada por la actriz y cantante Kyoko Koizumi, que tiene una voz tan real que parece falsa.
Recomendación: Ciertas cosas hay que paladearlas en condiciones si se las quiere apreciar. A Kylie Minogue (que no está nada mal tampoco) (su música quiero decir) (tampoco ella, claro) la podemos escuchar en la oficina mientras completamos una hoja de cálculo, o mientras contestamos un mail en un cyber. Pero yo sugiero que a esto se le preste una atención más reposada, cinco minutos bien invertidos en la paz del sofá (que Cioran llamaba ese gran promotor de nuestra "alma"). No es una cuestión reverencial sino de simple eficacia: algunas canciones quedan muy bien en el auricular con un fondo de caño de escape mientras apuramos el paso por el asfalto; en cambio esta es de las cosas que se lleva mejor con el silencio.
Bájenlo de aquí y disfrútenlo con humo o café o té... o lo que sea.
domingo, 19 de abril de 2009
Ali Project
De mi pasión niponófila, una muestra.
Lo interesante sería no ver el video sino escuchar el tema nomás, pero confío en que harán el experimento, o al menos tendrán en cuenta que lo que tienen frente a los ojos no es tan importante como esa canción tan... extraña, esas escalas triunfales que preceden (o anteceden, ya ni sé) unas ejecuciones vocales repetitivas y llenas de medios tonos que le dan un efecto pagano. Creo que no es dificil engancharse con esto:
Me parece que esto es un pop barroco y decadentista, permitámosnos el pequeño entretenimiento perverso de los géneros y estilos. Por lo demás, soy muy torpe para describir una música.
OK, es pop. Ahora pensemos ¿a qué clase de pop estamos acostumbrados? Luego de esto Britney Spears y La Renga son más o menos lo mismo (siendo La Renga mucho menos pretencioso, ergo más auténtico). El cuidado puesto en la escena y el tour de force que representa sostener esas notas (¡y caminando sobre esos tacos!) ya marcan cierta diferencia. La vocalista sabe ser provocativa sin necesidad de proezas contorsivas ni de parecer una niñita oligo. En fin, que me parece que puede gustar más o menos pero indudablemente si uno dice: "Ok, quiero pop, decadente, sensual, que me haga sentir un estremecimiento y me haga soñar cualquier cosa", creo que es preferible saborear este caramelo que resignarse otra vez a la enésima vocecita nasal que pasan por la radio. Si vamos a ser frívolos, que valga la pena.
¿Quiénes son estos?
La formación básica es un dueto, se llaman Ali Project y son uno de los muchos tesoros creo que desconocidos de la música japonesa. Desconocidos para nosotros bárbaros occidentales, porque esta gente tiene editados ya varios discos de los que pienso ir tirando algunas cositas por aquí.
Ali Project suena siempre así, no lo crean. A veces sí. Otras hacen impresionantes temas disco, o melodías de una ingenuidad rayana en lo infantil; otras veces los violines juegan de maneras más clásicas... pero siempre presentan una instrumentación tan cuidadosa que parece irreal, de juguete, fascinante.
Si algo me gusta de los japos -y esto es algo sobre lo que volveré, veo que voy a meter muchas cosas japonesas aquí- es la manera como interpretan la música occidental. La cultura japonesa demuestra una formidable capacidad imitativa, imitación que está lejos de ser servil. Los japoneses tienen la sutil virtud de mejorar cualquier cosa, y a veces es hasta un poco... inquietante (¿sutilmente irritante?) esa facilidad que demuestran en encontrar las claves de cualquier cosa, como si te dijeran: "¿Cultura occidental? Seguro, se hace así:..." y ahí se mandan un jazz, un tango, un pasodoble o un carnavalito, todos perfectos.
Si buscan con ahinco, en la red se puede encontrar material de esta gente. Me permito recomendarlo, como siempre, como medio de impresionar a las visitas, ocasionales levantes o momentos de romance frenético.
domingo, 12 de abril de 2009
¡Lo último en tendencias!
I – Vamos a ver... La mejor manera de empezar este post seria bajarse esto y escucharlo. Es sólo un tema, ergo cortito.
II – Bien, lo que acaban de escuchar es –no hace falta decirlo– una creación tecno-minimalista de un grupo holando-singapurense que está haciendo furor ahora mismo en Ibiza con un estilo de vanguardia experimental de alta tecnología que...
III – Olviden lo anterior, era simplemente un verso violento para demostrar lo fácil que es escribir en cualquier revista de papel satinado. La realidad es mucho menos pedante y más interesante: el tema que acaban de escuchar es del año... 1959. Su autor: un tipo peculiar que se llamaba Raymond Scott, y de cuyo nacimiento se cumplieron 100 años en 2008.
El amigo Raymond se llamaba en realidad Harry Warnow, pero eso importa poco. Nació en Brooklyn, hijo de inmigrantes judíos rusos, y se lo puede considerar uno de los padres de la música electrónica. Algunas de sus composiciones fueron adaptadas para historietas como Bugs Bunny o el Pato Lucas, mientras que obras suyas originales fueron utilizadas en Ren & Stimpy (como ven: pop culture al día). De todas formas a él esto le interesaba poco.
Raymond Scott era un ingeniero de sonido casi exclusivamente interesado en la experimentación, tanto que creó este moderrrrrno aparato: el Electronium, según sus palabras: instantaneous composition-performance machine. La obra que escuchamos fue creada con este aparatejo, y se llama "Cindy Electronium" (Raymond Scott - 1959).
Existe un álbum doble con diversos trabajos suyos (Manhattan Research Inc. - 2000) de los '50 y '60, algunos de ellos pueden escucharse en comerciales y todos son experimentos musicales dignos de atención, algunos sorprendentemente avant la lettre, otros raros y también ingenuos, pero disfrutables con un poco de tiempo.
Este trabajo no fue muy apreciado por artistas de su época, y por ota parte aunque estuvo vinculado con el jazz en cierta etapa de su vida parece que el hombre se sentía más cómodo en compañía de técnicos que de músicos. Murió no hace tanto, con muy pocos mangos en el bolsillo y sin que se le reconociera ni una fracción de su talento. Un buen ejemplo de que en estas condiciones la creatividad está menos recompensada que la capacidad de venderse.
Es realmente peliagudo determinar el "valor musical" de una obra, al menos para mí que de música no sé nada. Pero estoy más seguro de que conocer cosas como estas brinda el placer de rastrear tendencias y chusmear curiosidades. Más que suficiente.