miércoles, 17 de junio de 2009

Iron like Nylon, la tensión de la delicadeza


Bueno amiguitos, primero les dí el dulce, algo fácil de escuchar, rico y digerible. Luego les presenté esto, que es bastante más sorprendente. Ahora es el momento de mostrar la verdadera cara del autor de este blog y decir al público la verdad: se trata de un perverso peligroso.

Quiero presentar a alguien que es una completísima desconocida y además una genia. Se llama Meghan Lamb y su proyecto musical es Iron like Nylon. No es japonesa, ni báltica ni de ningún pais glamorosamente exótico sino de un lugar tan poco avant-garde como Indiana, EEUU. Y es hora de sacudirse ese prejuicio snob consistente en creer que los EEUU no son capaces de nada nuevo culturalmente. Craso error: la decadencia del imperio brinda frutos raros, creo que artísticamente podemos esperar mucho de los EEUU a corto plazo.

Esta chica difunde sus álbumes gratuitamente en internet, los deja por ahí, al parecer le importa un pomo promocionarse mientras su novio (y entiendo colaborador en la composición de algunos temas) hace esfuerzos denodados por darla a conocer, y hace unos videos en los que uno se da perfecta cuenta de que a ella no le interesa para nada hacer videos.

Otra cosa es la música que hace. Y su voz.

Así que alégrense de entrar al club de unos pocos que si hay algún aprecio por la belleza en el mundo deberían convertirse en muchos. Dije que su discografía se consigue en internet, pero el Tío Jack ya ha compilado todo para ustedes, así no se tienen que gastar. Y no sólo lo he compilado sino que hice algo mejor...

Bájense el primer link y escúchenlo. El primer tema Just do it NO ES de Iron like Nylon sino de Steely Dan, del álbum You Can’t buy a Thrill (1972). Es de esos temas que alguna vez hemos escuchado pero que por desgracia (o por suerte) no los han machacado demasiado por la radio. Una o dos veces que lo oímos y ya se quedó grabado en nuestra corteza cerebral... para ser luego injustamente olvidado. Temazo setentero, del mejor rock con influencias funk, cancherísimo y muy disfrutable.

Lo que viene luego es la versión del mismo tema... por Iron like Nylon. Je je.

El tercer tema tampoco es de ILN sino que pertenece a The Hollies, del álbum homónimo (1974), y también es uno de esos buenos temas seventies que nos suenan conocidos. Simply Red hizo una versión en los '80, para mi gusto un poquito aburridona. Le sigue obviamente la versión de ILN, y si escucharon la primera se imaginarán lo que viene.

Pero lo de esta chica no es sólo hacer versiones, de hecho sus temas originales son en mi opinión mucho mejores.

Les dejo entonces: In the Absence of Love – A tribute to Georges Bataille (creo que es el que más me gusta), Shut up, Where will all these bright things be y Iron Like '70, en el cual la chica hace versiones de temas setenteros. Si las versiones de temas conocidos (como Out of Touch, de Hall & Oates o Here Comes the Rain Again de Annie Lennox) pueden gustar, yo prefiero temas originales como el sobrecogedoramente bello I am you are demanding light waves, breves joyas dramáticas como The Tolling o composiciones geniales como It’s a party, tema disco con una impresionante orquesta de violines. Por lo demás, todas las canciones son perturbadoras, bellas y tan ascéticas que uno se pregunta cómo se puede lograr semejante efecto demoledor usando recursos tan austeros; y sin embargo no guarda la menor semejanza con el minimalismo aburrido.

El estilo... es evidente la influencia del canto religioso, y es una buena forma de darse cuenta cómo las iglesias –que de psicología marketinera entienden mucho– pueden inducir al éxtasis mediante la música. Iron like Nylon sólo utiliza la electrónica de una manera sutil para acrecentar los efectos dramáticos de ese instrumento genial que es la voz humana. La de Megan Lamb, más bien.

Y aunque a ella no le importe, es una pena que no la conozcan muchos que seguramente apreciarán su arte.

De nada, lo mío es un apostolado.

Introducción a Iron like Nylon (compilación NO original de Jack Celliers)
In the Absence of Love – A tribute to Georges Bataille
Shut Up
Where will all these bright things be
Iron like '70

Iron like Nylon en myspace: http://www.myspace.com/ironlikenylon
Iron like Nylon en lastfm: http://www.lastfm.es/music/iron+like+nylon

jueves, 11 de junio de 2009

Jun Togawa, un privilegio




I) Disclaimer

Mi blog es como si fuera mi restaurante, un restaurante gratis, sólo que lo que se pone en el plato lo decido yo. Cuestión de cortesía comérselo y decir “¡Qué rico!”.

Establecidas las reglas, pruebe bajarse lo que se ofrece, decirse a sí mismo que tiene un par de horas para perder totalmente, no hay nada interesante que quiera hacer más que mirar el techo... vamos, no me va a decir que no tiene uno de esos momentos... ¿Qué puede pasar de peor? Embólese de manera creativa: escúchese algo de lo que ofrece quien sabe qué psicópata en la red.

II) ¿Y ahora qué?

Bien amiguitos... esto que les ofrezco es –permítanme el placer de la desmesura– una gema. Nadie que ame la música dejará de reconocer que esto que van a escuchar es algo raro, soph y demoledor al mismo tiempo.

Jun Togawa es una artista japonesa. Allá parece que es bastante popular, pero sus actitudes reñidas con lo comercial han limitado su expansión, así que podriamos definirla como una respetada figura del underground japonés. Aunque ya tiene una carrera extensa y varios discos es muy poco conocida en occidente, pero debería serlo mucho más; esta mujer es asombrosa.

III) Ajá... ¿Y qué canta esta mina?

Los japos nos enseñan que esa pregunta es un poco tonta. El prejuicio de género es entre ellos bastante menos frecuente que entre nosotros. Y Jun Togawa es versátil incluso para standards japoneses.

Para que nos guste Jun Togawa nos tiene que gustar la música. “Música” significa: nada de tribus urbanas ni de “a mí no me saqués del tango”. Sin embargo es seguro que incluso si somos fans de un género (jazz, tango, pop, experimental, opera, blues, carnavalito, vals, música infantil, o punk satánico) encontraremos que Jun Togawa tiene al menos un par de temas de eso. Y buenísimos. Tanto es así que su talento a veces parece destructivo, extrae las claves del estilo y las lleva tan lejos que parece que hubiera acabado con el género, que ya no es posible representarlo mejor.

IV) OK, pero ¿Qué tiene de especial?

Lo primero que se nota al escucharla es su registro vocal, que no sólo es sorprendente sino que además tiene un carácter histriónico tal que es difícil imaginar sólo a una persona cantando. Gracias a Jun Togawa (que no casualmente tiene una carrera como actriz) aprendí el valor de actuar las canciones. La que canta es una niña, una prima donna, una cabaretera borracha, una bruja enloquecida o una alienígena: ella.

Cuando escucho una nueva banda me gusta dibujar y fumar. A las pocas canciones de esta mujer tuve que dejar de dibujar, tuve que dejar de hacer cualquier cosa, y escucharla absorto. Tuve la sensación de ser agarrado del cuello y paseado por donde se le antojó. Las melodías son... originalísimas sí, y extrañas también, pero perfectamente “seguibles”, no se trata de experimentos sonoros fastidiosos. Y la autoridad que demuestra, el modo como se deja el alma en cada canción me obligó a escucharla con la mandíbula floja.

V) ¿Alguna comparación o influencia?

Por ahí se la ha comparado con Nina Hagen... Y claro, es que aquí tuvimos que conformarnos con eso. Jun Togawa está demasiado lejos tanto en calidad como en abanico estilístico. Y esa es otra de las características de esta mujer: nos deja la sensación de que podemos tirar a la basura un montón de discografía, ella lo hizo mejor.

VI) ¿Carrera?

Jun Togawa actuó principalmente en los ’80 y ’90 con varias bandas, proyectos y músicos de puta madre que para mí es un placer presentar aquí, porque estoy seguro son poco conocidos. La banda más conocida de JT es Yapoos, grupo con el que principalmente se dedicó a hacer pop... Pero qué pop: sofisticado, elegante, bailable, raro. Paraleleamente hacía discos con otra banda llamada Guernica, una música más avant-garde, con poca o ninguna electrónica, influencias orquestales clásicas edithpiafescas y gershwinescas, onda cabaret europeo de los ’30, etc. Más adelante desarrolló la Jun Togawa Unit, una banda cambiante de músicos que la acompañan en según qué cosas. También ha cantado con Otomo Yoshihide, que es una bestia del mejor free jazz.

VII) Y dígame, ¿esto que me voy a bajar qué es?

Bueno, es una compilación de 43 temas hecha arbitrariamente por un servidor. He intentado abarcar más o menos una obra tan variada que créanme, es un laburo. Les aseguro que me dejé varias cosas fuera y que habiendo comprado tantos CDs innecesarios bien vale la pena adquirir algo de ella.

En el último set encontrarán un documento con autores, bandas intérpretes, el nombre de las canciones y una traducción aproximada al español. Mis conocimientos de japonés son paupérrimos, así que tómense todas las traducciones como tentativas, sobre todo las que incluyen signos de pregunta.

Basta. Bájense esto, y esto, y esto. Está buenísimo y se acabó.

VIII) Comentarios a las bandas.

Lo que sigue puede ser un spoiler, recomiendo escuchar primero y luego si hay curiosidad pegarle una leída a estos comentarios de algunas de las canciones:

Teinen Pushiganga (1): Esta es la primera canción que escuché de ella. Y también cometí el error de –una vez repuesto del asombro– decir: “Mirá vos qué simpática la japonesita...”. El tema es de Manuel Acosta Villafañe, folklorista argentino.

Sanagi ka no Onna (3) y Panku Sanagi ka no Onna (4): La primera es una bella interpretación del canon en re mayor de Pachelbel, pieza original de 1680 que se hizo muy conocida desde finales de los ’60; se han hecho muchas versiones, pero ésta me parece imperdible. La segunda es un golpe a la mandíbula. Otra cosa que aprendí de esta mujer: es mentira que “El punk es fácil, basta con pegar alaridos en el escenario”. Grave error: para pegar alaridos hay que saber mucho. Prestar atención a las notas vocales finales, que para pasar del berrido barroso a ese vuelo lírico hay que tener un talento. Luego de esta arpía demente intente escuchar a esos grupitos de rock satánico sin sentir lástima por esos adolescentes faltos de cariño.

Suki Suki dai Suki (6): Uno de los más conocidos de JT, y el mejor tema pop del mundo. Al comienzo el oído detecta un floreo que a mí me suena medio sesentoso... Luego una canción pop de goma, totalmente facilonga, pava, para vender chicles... hasta que llega el estribillo, una broma magistral: es imposible no entusiasmarse con esa vocalización gloriosa. Y al finalizar vuelve la vocecita infantil y machacona: “Suki suki dai suki”; como diciendo: “¿Viste gil?”. Esta canción resume el pop en toda su pavada y toda su gloria. Otras joyas pop son Korekutaa (9) y Barbara Sexandroid (21), con una onda sixties 007 deliciosa.

Aurora B (8): Bella versión de un tema del año 1979, hecho originalmente por el duo italiano Krisma (o Chrisma), que son realmente de culto, muy poco conocidos. Hacían una mezcla curiosa –pero común en los ’70 europeos – de kraut-rock con música melódica. Obviamente los conocí gracias a este tema.

Maronie Dokuhon (11) es una melodia bellísima en la que el registro vocal de JT se luce. Aru Ameno Gogo (17) es... un tanguito precioso que contrariamente a lo que yo pensaba fue hecho por japoneses e interpretado por un crooner japonés: Dick Mina.

Sayonara O Oshie Te (13) es otro cover de Comment te dire adieu... pero hay que escucharlo. Me encanta esa voz despechada y llena de dignidad, dn ganas de decirle: “Si, mi amor, lo que quieras”. Doto no Renai (14) es dulcemente angustiante. Muy dulcemente y muy angustiante y muy rara. Tocada en un templo me podría convertir a cualquier religión.

Shinsei muu Teikoku Boukoku ka (32) es una maravilla operístico-teatral en la que JT participa junto a otros monstruitos, y Oh Bureneri (36) es un tradicional suizo al que la inyección de free jazz lo convierte en... en... no sé.

Because the night (39) sí, es el famoso tema de Patti Smith, y este cover es oscurísimo, distorsionado, retorcido y bestial.

Un par de punkosidades como la zapada con Toruenzo en la que se demuestra lo bien que se puede berrear (41).

Formless Station Ends (43) cierra la compilación. Debe ser la canción más rara e inclasificable que he escuchado, y lo gracioso es que no tiene nada de experimental. Jun Togawa hace incluso de la pronunciación un recurso y nos deja así, extrañados, extasiados, maravillados.

...y después hay que escuchar gansadas como que Madonna se “reinventa”... ¿Madonna? ¿Quién es?

lunes, 1 de junio de 2009

Ne Zhdali, estonios cancheros como porteños

Para picar: aquí hay un grupo de estonios (o ruso-estonios, si hay que hilar fino en el origen étnico) que hacen... ¿Qué hacen? Bueno, para mí hacen free-jazz, pero es tan "free" que deriva hacia varios rumbos: algunas influencias de rock progresivo, avant-garde, folklore europeo oriental... Y estos son los grupos que más me gustan, los que hacen simplemente música.

Escuchar a estos atorrantes es muy placentero: hacen malabares con los estilos, gastan un modo medio farsesco e irreverente, pero ojo: saben tocar. Uno se divierte mucho con ellos aún sin saber qué corno dicen. Nos asalta la agradable sensación de estar en algún pub chiquito de Tallin, o Riga, o Moscú tomando algo fuertón mientras afuera hace un frío de aquellos, y ellos ahí zapando. Como si Sumo se hubiera vuelto jazzero.

Lo cierto es que esta banda -que tuvo su apogeo en los '90 luego de la caída del muro- hace gala de un espíritu nada capitalista ofreciendo su discografía (¿completa?) en su propio website, así que bájese todo lo que quiera.

Aquí incluyo los discos que están grabados en mejor calidad, y si tengo que elegir me quedo con tres:

El primero, Rhinoceroses and Other Firms of Life (1990), bien jazzrockero, en el que creo que ni un tema es descartable; todo se escucha con placer, sorpresa y sin la menor fatiga.

Hey Driver Cool Down The Horses (1994) es un poco más "étnico", con mezclas de (lo que supongo es) folklore báltico o ruso con electrónica.

What Ever Happens, Twist (1995) es otro discazo, un poco más experimental pero muy compacto y logrado.

Estos son los grupos que me hacen pensar en lo ridículamente injusto que es el mercado musical con el talento y la originalidad, lo sometidos que estamos a un bombardeo de uniformidad sonora aburriente y pesada.

Déle otro toque sofisticadín a su colección de música y mienta desvergonzadamente diciendo que los encontró por casualidad en una disquería perdida durante uno de sus viajes por el Báltico, porque seguramente alquien le preguntará: "¿Uau, de dónde los sacaste?".

Espero contribuir a que los muchachos de Ne Zhdali consigan más adeptos en el ispa argento, lo merecen. Aquí está su website.

Notita: Los álbums están ofrecidos en carpetas tema por tema, así que hay que bajarlos de a uno (al menos yo no logré hacerlo de otra forma). Vamos, es un esfuercito minúsculo y vale la pena.

Rhinoceroses and other forms of life
Hey Driver Cool Down The Horses
Whatever Happens, Twist
Pollo d’Oro
Live Rarities Vol.1
Tokyo, Nov.25, 1998

Si se quedaron con ganas de más: aquí está toda la discografía que ofrecen.